domingo, 11 de enero de 2015

La importancia del lenguaje

La lengua es un fenómeno social frente al habla que es individual, es el modo de expresarse una persona hablando una lengua. En el lenguaje entran también las relaciones abstractas sistemáticas de signos articulados con su referencia a la realidad socialmente designada. Es la unión de lo virtual y lo real en el mundo de lo social e individual. En el lenguaje están implicados los aspectos fonéticos con una gran cantidad de aspectos fisiológicos, psíquicos, históricos y sociales. [1].

Lenguaje y pensamiento. La unidad mínima significativa no es la palabra, ni siquiera la sintaxis, sino su enunciado. Las acepciones de una palabra adquieren significado en el contexto en el que se utilizan. Las ideas y las palabras se necesitan mutuamente.



El pensamiento en sí mismo es como una nebulosa donde nada está definido. No hay ideas claras y nada es distinto antes de la aparición de la lengua. Pero a su vez tampoco los sonidos son por sí mismos entidades circunscritas de antemano. La sustancia fónica no es un molde a cuya forma el pensamiento tenga que acomodarse necesariamente. Es, más bien, una materia plástica que se divide en partes distintas para suministrar los ‘significantes’ que el pensamiento necesita. Entre esas dos masas amorfas, que son el pensamiento y los sonidos, una ley estructurante, que en el hombre actúa inconscientemente, elabora la lengua, se concreta y define el pensamiento, antes caótico. Esto quiere decir que no sólo pensamos y por eso hablamos, sino que hablamos y por eso pensamos. Pensamos hablando con nosotros mismo.

Lengua y lógica. No basta con que el lenguaje manifieste una serie de enunciados, uno tras otro, con su contenido ideológico inteligible cada uno. Hace falta además, que el lenguaje siga y exprese sistemáticamente el desarrollo de las ideas que se exponen. Este es un tema de gran importancia por sus repercusiones sociales, científicas, filosóficas y educativas. A veces la falta de lógica en el lenguaje es un hecho evidente. Por ejemplo, si alguien dijese: ‘La política debe ser defensora de las libertades humanas; por eso debe haber buenas escuelas de música’



Otras veces, sin embargo, la carencia lógica es mucho más sutil Se pronuncian muchas frases, en discursos hablados o escritos, en que se afirma mucho más o mucho menos, o cosas diversas, de lo que permiten los elementos que se encuentran o que se dan por supuestos, en el proceso seguido. Por lo que estamos expuestos a una multitud de engaños en todos los órdenes.

Lenguaje y realidad. No basta con que el lenguaje sea lógico y coherente¸se requiere, además, que esté de acuerdo con las realidades a las que se refiere. Aunque es bueno advertir que no siempre el hombre se propone expresar con el lenguaje la realidad externa. A veces se requiere expresar la vida interior: reflexiones, emociones, aspiraciones, sentimientos, etc.

Lenguaje y sociedad. El lenguaje es un hecho social. En un legado de la sociedad que, al transmitirlo, transmite su cultura y sus mecanismos de pensar. Lo social, se inserta en la vida individual y hace al individuo capaz de hacerse entender por los demás, en virtud de su comunión en el idioma, con los elementos emocionales y psicológicos que lo acompañan. Pensar con las palabras es dar concreción a nuestro pensamiento para que pueda ser entendido por los demás, es decir, comunicarnos con los demás. Sucede con excesiva facilidad que el lenguaje se vacía de contenido o más grave todavía, se utilizan los conceptos que manifiestan una ruptura con el universo de la significatividad.

Lenguaje y creación literaria. Cada género literario comporta su propio lenguaje: uno es el de la poesía y otro el de la prosa; variando en una y en otra, según que sea lírica, épica, novela, ensayo, etc. y además, cada autor tiene su lenguaje propio. La función de las metáforas no es una simple alusión a los objetos, sino una interpretación de éstos, un designarlos de modo que la imagen evocada por las palabras sugiere el elemento circunstancial que define el momento preciso que se desea poner de relieve dentro de la esencial movilidad de la realidad en cuanto percibida por nuestra vida.

Debemos distinguir entre saber y saber pensar y entre saber pensar y saber darle sentido a su pensamiento, el saber pensar alude a la conciencia y el saber darle sentido al pensamiento. Es más, la persona puede saberlo todo y no entender nada. No se puede prescindir del sentido último cuando hablamos de educación. Malagón lo explica de la siguiente manera

No hay comentarios:

Publicar un comentario