«Todo proceso permanente dirigido a la optimización de la persona en el ser, el conocer, el hacer y el convivir».
En esta definición entendemos que están implícitos los siguientes rasgos:
- Proceso, al tratarse tanto de una operación en el tiempo, como una propuesta y desarrollo de una secuencia de acciones. Acción que implica a la propia persona, ya que la educación es el proceso y resultado del obrar de cada uno consigo mismo. Se exige también la acción externa, la actividad del propio sujeto y de otros, pero todas ellas dirigidas a la consecución del desarrollo pleno. Al ser acción se exige que ésta se lleve a cabo de modo constante, dentro de un continuum.
- Permanente, ya que la educación como algo específico del ser humano deberá llevarse a cabo a lo largo de toda la vida, es un proceso que no termina nunca y que permite ordenar las distintas etapas, preparar las transiciones, diversificar, valorizar las trayectorias vitales de cada sujeto (Delors, 1996).
- De optimización, ya que todo hombre está llamado a desarrollar plenamente sus capacidades, a lograr la madurez en cada una de sus etapas vitales. Esta mejora, lógicamente, implica la intencionalidad de esa acción, nunca deberá ser una tarea que se deja al azar, sino que está dirigida por una finalidad, por una intención positiva -implícita o explícita- que marcará las características de ese aprendizaje. De la optimización también se desprende el necesario carácter normativo de la educación, como tarea. Ahora, aunque siempre hablamos del desarrollo de todas las capacidades humanas, ese proceso de optimización debe centrarse, como elemento integrador de todas las demás, en cuatro pilares básicos, tal como destaca el reciente informe Delors (1996): aprender a ser, a hacer, a conocer y a convivir, pilares que también podemos sintetizar como procesos de humanización y de civilización.
Aprender a convivir, aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás, crear un espíritu nuevo que impulse la realización de proyectos comunes o la solución inteligente de cualquier conflicto.
· Aprender a conocer, «(...) teniendo en cuenta los rápidos cambios derivados de los avances de la ciencia y las nuevas formas de la actividad económica y social, conviene compaginar una cultura general suficientemente amplia (...) pasaporte para una educación permanente (...)», con la capacidad de aprender a aprender.
· Aprender a hacer, aprender competencias específicas para atender el trabajo, la capacidad de iniciativa, trabajar en equipo, la ayuda a los demás, el cuidado del entorno...
· Aprender a ser, ya que la educación deberá contribuir, en definitiva, al desarrollo integral de cada persona, al fomento de su responsabilidad, de formar un pensamiento crítico y autónomo... de tal forma que sea capaz de afrontar su propio proyecto vital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario